la revolución

REVOLUCIÓN MEXICANA: FICTICIA PARA LOS RICOS, REAL PARA LOS MILES DE MEXICANOS POBRES MUERTOS EN LA LUCHA ARMADA.

Hoy es 20 de noviembre de 2008, dentro de dos años, en un día como hoy, se cumplirán 100 años de la revolución social que cambió la configuración de México a principios del siglo XX. La revolución mexicana fue un movimiento social con ideales que prometieron cambios en las estructuras sociales, económicas y políticas del país. Los antecedentes a este movimiento fueron las huelgas de obreros en Cananea y Río Blanco; la represión a grupos indígenas como los mayas o los yaquis, quienes fueron perseguidos y casi exterminados durante el régimen de Porfirio Díaz; la situación lamentable de los campesinos tanto en el sur como en el norte del país y la transición de ser un país rural a ser un país “moderno” estaba costando una dictadura que no agradaba a la mayor parte de los mexicanos. No era agradable a la mayoría porque esa mayoría no percibía los beneficios de vivir en un México moderno, los que percibían los beneficios eran grupos reducidos favorecidos por la dictadura y el monopolio. Estos son los antecedentes reales del cambió social que se suscitó en 1910. Los antecedentes que considero teóricos, son de orden político, cosas que no entendía la mayoría de la gente, pero que si entendía la emergente clase burguesa mexicana. Los burgueses que tenían poder económico, educación, tierras, de pronto se preguntaron ¿qué nos impide gobernar a nuestro gusto este país? Allí entra el sustento teórico, aludiendo a los griegos la burguesía argumenta que no hay democracia en el país. ¿Qué otros argumentos podían socorrer a un burgués de esa época? ¡Claro! Rosseau y su contrato social. Y de ahí para el real: libertad, igualdad, fraternidad. La revolución francesa, la revolución de las teorías que terminó en un imperio expansionista (el de Napoleón). Toda esta teoría fue la que nutrió la mente de un burgués y político trasnochado. Francisco Ignacio Madero, hacendado de Coahuila, es el modelo de burgués y político teórico. Madero no fue un gran intelectual pero quizá leyó “El contrato social” de Rosseau, con eso de que fue educado en Estados Unidos y Francia. Además de la democracia, Madero importó de Francia el espiritismo o doctrina espírita, muy en boga a finales del siglo XIX y que en la cúspide fue llegada a ser considerada como ciencia. Madero dedicó muchas horas de su vida a cultivar este arte del espiritismo en su hacienda de Coahuila, él mismo era un médium. En los cuadernos espiritistas de Madero (publicados por Enrique Krauze) existen registros de las pláticas que el líder teórico de la revolución sostuvo con un tío fallecido (Raúl) quien le dijo que lideraría un cambio social de gran relevancia para su país. ¿Cómo logró un burgués oportunista llegar hasta el punto de liderar una revolución armada? Es una pregunta válida tomando en cuenta que en la realidad, fuera de la teoría, fueron los hermanos Flores Magón los verdaderos líderes intelectuales del movimiento. Ellos estuvieron detrás de las huelgas de Cananea y Río Blanco, ellos eran los que tenían un pliego petitorio más amplio que el de Madero que incluía a los pueblos indígenas (verdaderos afectados en toda esta situación). La respuesta está en la boca de nuestro vecino del norte. A los Estados Unidos no le molesta el Gral. Porfirio Díaz, de hecho llevan una buena política, no como quisieran, pero la relación no es tan mala. Lo que incomoda al vecino del norte es la forma de dictadura que ha adoptado el gobierno de México, eso como que no le cuadra. No es “moderno”, teóricamente no puede haber progreso sin democracia. Díaz no pensaba así, él veía junto con sus científicos que en la práctica no era necesaria la democracia para llegar al “progreso”. Este desacuerdo entre lo que es teoría y práctica da como resultado que Estados Unidos apoye un golpe de estado a ese régimen “inmoral” y “teóricamente incomodo”. Políticamente es más rentable apoyar a un nuevo poder emergente, ingenuo y “agradecido”.Bajo esta perspectiva no resulta complicado deducir por qué murieron misteriosamente los hermanos Flores Magón en cárceles de Estados Unidos. Los verdaderos líderes fueron suprimidos y dejaron a una figura más o menos decente, para que la “revolución” exista pero en teoría. Estados Unidos quería un cambio social en el país vecino, un cambio social, no real.Siguiendo con la teoría de la revolución Madero publicó su libro sobre la sucesión presidencial en donde aborda temas de política teórica. Habla de la necesidad de la democracia, de la igualdad y fraternidad, del derecho a elegir. Este libro lo vio con agrado don Porfirio, ya que en él vio no más que teoría. En términos prácticos del punto de vista porfiriano este libro era inofensivo “ya que del dicho al hecho hay un gran trecho”. Díaz recibió el libro con buen humor y hasta declaró a la prensa norteamericana que México ya estaba listo para dar ese paso a la democracia. En esas elecciones ganó el burgués Madero quien se había dedicado a hacer una campaña a favor del cambio democrático. Díaz dejó de ver la teoría como inofensiva y decidió encarcelar a Madero. Tras este acto desleal, Madero decide que debe de actuar de forma menos teórica y más práctica. Hace un llamado a sus amigos burgueses y “al pueblo de México” para que juntos luchen por la democracia. El 20 de noviembre de 1910 ni los burgueses ni el “pueblo” le hicieron caso a Madero. Los burgueses pensaron que era demasiado riesgo perder sus propiedades por un golpe de estado fallido. El pueblo pensó ¿por qué voy a ir a matarme por un burgués? El único enajenado que hizo algo significativo ese día fue Aquiles Serdán quien condujo a toda su familia a la muerte. Tomó muy en serio su nombre y la relación con el personaje de la Ilíada quizá. Lo que llevó a la lucha armada, que Estados Unidos no tuvo inconveniente de financiar, fue la desesperación de la gente, la miseria, el hambre, la injusticia extrema que rayaba en la hijueputez. Mientras los burgueses se preguntaban qué era lo que les impedía gobernar el país a su antojo, la gente más pobre se preguntaba: “¿y si me quitan la vida qué? No tengo nada más que perder”. Madero se valió de la desesperación de la gente que lideraba Zapata en Morelos, se valió de la injustica social que sufría la gente de Villa en el norte; ellos que no tenían tierras, propiedades o intereses que proteger si fallaba el plan. Tenemos entonces que fueron dos revoluciones, una ficticia, controlada por los intereses de los burgueses mexicanos y los Estados Unidos, y otra real, la del pueblo de México que se levantó en armas, fue el pueblo quien derrotó a Díaz y a Huerta. Como pago al apoyo recibido de Estados Unidos Madero no cambió nada del antiguo régimen, no devolvió las tierras, no acabó con los monopolios extranjeros, ni siquiera movió a mucha gente del antiguo régimen, todo bajo la justificación de la “democracia”. Madero concluyó su mandato de forma abrupta ya que un valiente general (Victoriano Huerta) quien era el que ganaba las batallas para el régimen se dijo a sí mismo: ¿si soy poderoso militarmente porque no puedo ser dueño de este país? Huerta se quedó con México y Estados Unidos tuvo que buscar un aliado más astuto: Carranza. Carranza tomó el lugar de Madero, ahora fue él quien convocó nuevamente a los pobres para luchar ahora contra el usurpador Huerta, a cambio le prometió a los pobres que cumpliría puntualmente con todo aquello que Madero “no tuvo tiempo de cumplir”. Nuevamente el pueblo luchó bajo el mando de Villa y Zapata para acabar con Huerta. Una vez terminada esta guerra con el usurpador a Carranza le dio amnesia. Tanto le afectó esta rara enfermedad que un día por descuido dejó pasar solados norteamericanos para matar a Villa, su aliado en la guerra contra Huerta. Tanta amnesia le dio que mandó matar a Zapata, tanta le dio que de pronto se sintió dueño del país. Finalmente, como estaba tan mal de esta terrible enfermedad, sus amigos, el grupo de Sonora, le practicó la eutanasia en un pueblito mientras huía con el dinero de las arcas presidenciales. Es evidente que la revolución no funcionó como cambio social, a mi punto de vista fue un golpe de estado bajo el nombre de revolución, además fue un golpe de estado dirigido por un grupo que solamente quería poder para proteger sus inversiones, como esas inversiones igualmente beneficiaban a los Estados Unidos, ellos decidieron apoyar e imponer condiciones a cambio del apoyo. En realidad es una vergüenza celebrar la farsa más grande de nuestra historia después de la “Independencia”, ya que todo sigue completamente igual que en 1910, sólo que ahora la democracia teórica nos da celulares y tarjetas de crédito. Es de ciegos no ver lo que a todas luces se ve. Los ricos hablan de democracia, mientras que a los pobres les vale una carajo esa mierda, porque con eso no comen, no siembran, con eso no mandan a sus hijos a la escuela, y les voy a decir porque, porque estando en un régimen como en el que estamos, “democrático”, yo no veo que a toda la gente le alcance con el salario mínimo para mandar a sus hijos a la escuela, para su gastada, para el taxi, para sus útiles y uniformes. ¿Y si se enferman? Yo no veo que la democracia les dé todo eso que necesitan. Creo que la revolución no fue un cambio social, creo que más bien fue el nacimiento exitoso de las prácticas intervencionistas de Estados Unidos en América Latina. Es por eso que hoy día esta fecha se celebra como un evento cívico deportivo, más pelotas y acrobacias, menos cerebro. Es por eso que día con día la fecha se va cambiando o deformando. Es por eso que poco a poco las figuras de la revolución se han ido retirando de nuestros billetes y monedas. La revolución no es algo agradable para recordar, porque nunca pasó, sólo fue un reajuste de amos y sirvientes.

Víctor Pavón

Chetumal , Quintana Roo, México
20 de noviembre 2008

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