COMPETENCIA S, TRANSVERSALIDAD Y EDUCACIÓN A LO LARGO DE LA VIDA.
Competencia es un concepto que se ha venido desarrollando hace unas décadas en otros países. En esencia se refiere a la aplicación de conocimientos prácticos en actividades físicas e intelectuales, con respecto a criterios o estándares de desempeño esperados. Aunque el enfoque de competencias se centra en el aprendizaje (saber hacer-hacer sabiendo), en realidad representa un gran sistema en el que intervienen diversos y complejos procesos, entre los que destacan: la normalización, la formación, la evaluación, acreditación, certificación y socialización. La educación basada en competencias tiene dos enfoques metodológicos: la evaluación de aprendizajes previos y la modularización de contenidos educativos. En estos dos conceptos se basa el trabajo de la gente de casi todos los sectores de la sociedad, público, social y privado con el afán de construir una estructura sólida y funcional, que además presente esquemas abiertos y flexibles. Esta estructura existe con el fin de que las personas puedan desplazarse gradual y progresivamente hacia sus diversos y variados objetivos, igualmente facilita la comunicación con otras estructuras importantes de formación y capacitación, de carácter formal o informal, como la escuela, el trabajo y el hogar, así como con instancias acreditadas de evaluación y reconocimiento de los aprendizajes adquiridos, como el ISO 9000 que pertenece a la familia de normas de calidad y gestión continua de calidad, establecidas por la Organización Internacional para la Estandarización, que se pueden aplicar en cualquier tipo de organización o actividad sistemática, que esté orientada a la producción de bienes o servicios. La educación basada en competencias está diseñada para promover el aprendizaje a lo largo de la vida como si esto no hubiera existido antes. Quiero hacer notar esto porque el señor Delors en el capítulo 5 de su libro publicado por la UNESCO “La educación encierra un tesoro” afirma que la educación ocupa un lugar cada vez mayor en la vida de la individuos, como si antes no hubiese sido así (el individuo por más enajenado que éste sea no deja de aprender a lo largo de la vida). La educación a lo largo de la vida es retratada entonces en esta estructura como una función crítica de las sociedades contemporáneas, en la llamada era de la “información” y el “conocimiento”. Esa función crítica se ve anulada al estar sujeta a una constante presión para su “modernización y “mejora” a fin de satisfacer las necesidades económicas de la grandes corporaciones que controlan la educación del mundo. La educación a lo largo de la vida no es más que una constante capacitación utilitaria para la división del trabajo. En México es menor la exportación de bienes, dado que hemos pasado de ser un país productor a un país importador, esto quiere decir que la educación no está legítimamente comprometida con una casusa social desde hace mucho y menos ahora. El modelo de educación de competencias cosifica porque capacita, no educa. Este modelo adoptado por México para cumplir con los estándares internacionales para la educación va a capacitar a nuestros hijos como un bien (cosa) que presta servicios.
En cuanto a los temas transversales presentes en los programas de educación por competencias; es irrisorio verlo en la práctica dentro del aula en donde los alumnos ya están condicionados por varios factores que se alejan de los valores que se quieren promover: educación para la paz, educación ambiental, educación vial, educación multicultural, educación del consumidor, educación sexual y de salud y la más nula de todas, educación para la igualdad. Para lograr la horizontalidad en la educación, hay que democratizarla, una palabra que es sinónimo de caos en un sistema educativo rígido o vertical. El docente debe de estar al nivel de los alumnos, no por encima de ellos con su suntuoso aparato de conocimiento. El docente debe de ser un amigo, alguien de respeto; alguien digno, del que se pueda aprender, para que se le respete por lo que es, no por las consecuencias negativas que pudieran ocurrir si no se le obedece o atiende. Con un maestro así no hay crítica ni diálogo, sólo se obtienen opiniones dirigidas, mediatizadas por la calificación, la evaluación y la calidad. Sobretodo para poder enseñar, y esto es lo más difícil, el docente debe estar comprometido con su labor social. Un profesor comprometido es un docente honesto. Para lograr una educación transversal debemos de dejar de ignorar la realidad que nos circunda. Cuando nosotros como profesores nos volvamos honestos y dejemos de ocultar los problemas sociales reales, dejaremos de lado la educación rígida y se convertirá en algo más flexible y útil para las sociedades.
Víctor M. Pavón León
2 de marzo 2009
Chetumal, Quintana Roo.
En cuanto a los temas transversales presentes en los programas de educación por competencias; es irrisorio verlo en la práctica dentro del aula en donde los alumnos ya están condicionados por varios factores que se alejan de los valores que se quieren promover: educación para la paz, educación ambiental, educación vial, educación multicultural, educación del consumidor, educación sexual y de salud y la más nula de todas, educación para la igualdad. Para lograr la horizontalidad en la educación, hay que democratizarla, una palabra que es sinónimo de caos en un sistema educativo rígido o vertical. El docente debe de estar al nivel de los alumnos, no por encima de ellos con su suntuoso aparato de conocimiento. El docente debe de ser un amigo, alguien de respeto; alguien digno, del que se pueda aprender, para que se le respete por lo que es, no por las consecuencias negativas que pudieran ocurrir si no se le obedece o atiende. Con un maestro así no hay crítica ni diálogo, sólo se obtienen opiniones dirigidas, mediatizadas por la calificación, la evaluación y la calidad. Sobretodo para poder enseñar, y esto es lo más difícil, el docente debe estar comprometido con su labor social. Un profesor comprometido es un docente honesto. Para lograr una educación transversal debemos de dejar de ignorar la realidad que nos circunda. Cuando nosotros como profesores nos volvamos honestos y dejemos de ocultar los problemas sociales reales, dejaremos de lado la educación rígida y se convertirá en algo más flexible y útil para las sociedades.
Víctor M. Pavón León
2 de marzo 2009
Chetumal, Quintana Roo.
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saludos cordiales,Susana
Saludos